sábado, 25 de septiembre de 2010

¿Lo recuerdas...? Una tregua


Voy a lavar mi cuerpo
Estamos terminando
Lo que nunca comenzó


La recuerdas "La Tregua" de Benedetti, existen un par de poemas bellísimos, que son un halago, una reflexión y paradójicamente son tanto una alegría como un dolor.

A veces en la vida las teguas son más que momentos, son realmente posibilidades, las imagino como oasis, lugares de descanso, donde reponemos fuerzas, donde podemos descansar y comer, lugares donde la sombra nos cobija, donde el agua fresca nos reanima, son lugares de los cuales no quisiéramos irnos, estar ahí por siempre, fundirnos con cada parte de esa naturaleza acogedora, de esas noches llenas de estrellas, de esas lunas que llenan el cielo.


Dios es un ser solitario, paradójicamente, ahora soy como Dios, la única diferencia es que yo no soy Dios. Él no sabe que está solo, yo si lo sé, a Él no le duele, a mi me desgarra y duele hasta los huesos.


He andado por tantos caminos, cruzado valles y montañas, he caminado, vivido en tantos lugares, vivido tantas vidas… he buscado en tantos lados, tratando de entender, de encontrar cual es mi sitio, mi lugar en la vida.


Me pregunto si Dios ¿tiene un lugar destinado para mí?, acaso y olvido darme uno o sencillamente, también lo perdí, como el salmo, como la esperanza.


Alejandro.

“Última noción de Laura”

Palabras escritas para Santomé por Laura Avellaneda

“Usted Martín Santomé no sabe / como querría tener yo ahora /todo el tiempo del mundo para quererlo / pero no voy a convocarlo junto a mí / ya que aun en el caso de que no estuviera / todavía muriéndome / entonces moriría / sólo de aproximarme a su tristeza // usted martín  Santomé no sabe / cuánto he luchado por seguir viviendo / cómo he querido vivir para vivirlo / pero debo ser floja incitadora de vida / porque me estoy muriendo /  Santomé  // usted claro no sabe / ya que nunca lo he dicho / ni siquiera / esas noches en que usted me descubre / con sus manos incrédulas y libres / usted no sabe cómo yo valoro / su sencillo coraje de quererme // usted martín  Santomé  no sabe / y sé que no lo sabe / porque he visto sus ojos / despejando / la incógnita del miedo // no sabe que no es viejo / que no podría serlo / en todo caso allá usted con sus años / yo estoy segura de quererlo así / usted martín  Santomé  no sabe / qué bien qué lindo dice / avellaneda / de algún modo ha inventado / mi nombre con su amos // usted es la respuesta que yo esperaba / a una pregunta que nunca he formulado / usted es mi hombre / y yo la que flaqueo // usted martín  Santomé  no sabe / al menos no lo sabe en esta espera / qué triste es ver cerrarse la alegría / sin previo aviso / de un brutal portazo // es raro / pero siento / que me voy alejando / de usted y de mí / que estábamos tan cerca / de mí y de usted // quizá porque vivir es eso / es estar cerca / y yo me estoy muriendo /  Santomé  / no sabe usted / qué oscura / qué lejos / qué callada // usted / martín / martín cómo era / los nombres se me caen / yo misma estoy cayendo // usted de todos modos / no sabe ni se imagina / qué sola va a quedar / mi muerte / sin / su / vi /da.”

“ahora estoy solo / francamente // solo // siempre cuesta un poquito / empezar a sentirse desgraciado // antes de regresar / a mis lóbregos cuarteles de invierno // con los ojos bien secos / por si acaso // miro como te vas adentrando en la niebla / y empiezo a recordarte.”




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